Hoy en Narrativa-poesía, Amparo Muñoz Rocha




Hoy en Narrativa-poesía

Amparo Muñoz Rocha

Las grandes personas saben poner alas a las pequeñas cosas.


Amparo Muñoz Rocha, nacida en Barcelona el 3 de octubre de 1968. Hermana mayor de una familia numerosa de mujeres, gustó desde pequeña de narrar y escribir historias para los suyos, y ahora desea compartir con sus lectores sus poemas y narraciones, siendo Nina su primer libro publicado.




Nina es una niña de once años que vive en la línea que separa los dos mundos, el real del espiritual. En un viaje en tren conoce a un anciano y se establece entre ellos una conexión muy especial. La pequeña será la acompañante de Marcel hacia el más allá y ambos irán explicando retazos de sus vidas que dejan de manifiesto su personalidad. La pequeña es una Ninfa, unas criaturas que han mantenido durante siglos esa capacidad de pasar de un lado a otro de la línea. Nina es un personaje muy singular, excéntrico y muy profundo. Marcel es un hombre cansado y arrepentido que carga con un sentimiento de culpa por el aislamiento y el desinterés con el que trató a Lola, su esposa, ya fallecida.


Y Péiname es uno de los estupendos trabajos de Amparo Muñoz Rocha que puedes encontrar en su maravilloso blog Alma de Silencio


PÉINAME


Péiname la melena, madre
Que se me ha enredado el cabello con el viento del Sur
Que me cogió por sorpresa allá en el prado
Y me levantó la falda y me sedujo el alma
Que me robó secretos y me alborotó los sentidos
Y en el cuello me hizo cosquillas con sus suspiros
Me trajo el eco de almas errantes que deambulan confundidas
Me ofreció los lamentos lastimeros de quienes se abandonaron a la desesperanza
cuando mis lágrimas cayeron en su dolor musitado
Me regaló risas de amantes escondidos tras los matojos
Trinó con los pájaros volando tras la lluvia
Me hizo reír con los jaleos de los niños en los patios
Y tendió mi manto en la rama más alta de un roble
Volando se burló de mis espantos

Péiname la melena madre
Que todos los mechones se me escaparon
Y trénzame el cabello negro
Que quiero verme bonita
Y salir de nuevo a buscarle
Que aún no le he dicho que me estremece sentirlo así
Tan lejos y tan cerca
Que soñé que viento del Sur era
Y Norteño se volvía
Y sincero me vencía
Yo que tan guerrera soy
Hoy me siento tan chiquita
y quiero que no me despeine
esta brisa tan fresquita
Que me eleve su aire dulce
Allí, arriba
Hasta aquella ermita
Donde la roca esconde una cueva 
Donde la luz termina
Donde duermen mis murciélagos
Colgados en la otra esquina
Donde mis recelos habitan

Péiname la melena madre
Venga madre, deprisa
Que se me escapa el aliento
Que mi amor no se marchita

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